MNCT 932 Saber hacia dónde mirar

“La paz viene de adentro. No la busques afuera.”

-Buda

 

Saber hacia dónde mirar

En una de sus últimas entrevistas, le pidieron al autor/filósofo Aldous Huxley que resumiera el trabajo de su vida. Lo que dijo fue lo siguiente:

Es un tanto vergonzoso haber estado preocupado durante toda su vida por el problema humano y al final encontrar que uno no tiene más consejo que ofrecer que “Trata de ser un poco más amable.”

Si bien pienso que eso es hermoso por si mismo, también me encanta la pregunta. Si tuvieras que resumir todo lo que has aprendido en la vida en una o dos frases, ¿cuáles serían?

Cuando empecé a estudiar los principios detrás del entendimiento de adentro hacia afuera, le planteé esa pregunta a un número de maestros, estudiantes y practicantes veteranos. Mientras que las respuestas fueron desde un “He aprendido a ser agradecido” hasta un “Todo es un invento y todo está bien”, cuando alguien me hizo a mi la pregunta hace poco, me sorprendí al escuchar esta respuesta salir de mi boca:

“Sé qué hacer cuando no sé qué hacer. Cuando me siento atorado, sé hacia dónde mirar. Mejor aún, sé hacia dónde no mirar.”

Hay algo en eso que me resulta increíblemente reconfortante, y quería tomarme el tiempo de explorarlo con ustedes esta semana…

Durante muchos años, intenté amasar una base de datos de estrategias para el éxito y la felicidad de la cual pudiera echar mano cuando mi habitual pensamiento en piloto automático ya no resultaba suficiente. Cada vez que me encontraba atorado con algún proyecto o sintiéndome algo triste, iba a esa base de datos, representada por más de 3000 libros que han llenado las paredes (y a veces incluso se han desbordad sobre el suelo) de mi casa en los últimos años.

Si no podía encontrar la respuesta en el banco de mi memoria o en mis libros, iba a la librería o a la red a buscar la solución a mi problema, aparentemente muy real.

Hasta que…

Un día caí en cuenta de que si las respuestas hubieran estado en esos 3000 libros, yo tendría que haber sido la personas más feliz y más exitosa del planeta. Y sabía muy bien que no lo era. Así que hice un “ayuno de libros”, que en realidad era un “ayuno de información”. Dejé de meter datos a mi cerebro, y decidí mejor permitir que el polvo se asentara dentro de mi cabeza y ver qué quedaba. Para mi sorpresa, en el vacío que quedó, encontré mi sabiduría.

No estaba tanto en mi cabeza como en todo mi cuerpo – tanto sentimiento como pensamiento como sentido común como revelación profunda. Apareció como un saber – un tibio sentimiento de “correcto” sin ningún tipo de “rigidez”. Ese sentimiento se ha convertido en mi amigo con el paso de los años, aún cuando he vuelto a caer en las estrategias y tácticas de otros de vez en cuando.

Al principio, trataba de animarme a mi mismo con slogans como “Sigue a tu conocimiento, ¡aún cuando estés equivocado!” o “Sabré que sé cuando sepa.” Pero la verdad es que la experiencia de saber sucedía demasiado de vez en cuando como para poder depender de ella completamente, y una y otra vez me encontraba regresando a hacer las cosas de la manera en que siempre las había hecho.

Luego un día me di cuenta de que el problema no era que mi sabiduría me hablara nada más de forma esporádica – era que nada más miraba hacia adentro cuando ya había agotado todas las demás opciones.

Una vez que el dónde mirar fue obvio para mi – adentro, lejos de lo conocido, hacia el poder y la inteligencia detrás de la vida – me encontré accesando mi sabiduría más – y más pronto durante el juego – que nunca antes. Las revelaciones se convirtieron en una manera confiable de navegar la vida en lugar de los “golpes de suerte”, y hasta el día de hoy, mientras más en silencio estoy, más obvias se vuelven las cosas.

He aquí una metáfora que a veces uso con mis clientes:

Te despiertas en un cuarto completamente oscuro. Al principio permaneces completamente quieto, demasiado asustado para moverte siquiera, pero pronto te das cuenta de que no estás solo. Hay otros ahí contigo en la oscuridad, y han aprendido a funcionar de manera relativamente eficiente.

Muchos de ellos simplemente han memorizado un área relativamente pequeña para poder navegar con confianza mientras no suceda nada fuera de lo normal. Otros tienen mapas, cargan la sabiduría acumulada de otros, pero son difíciles de leer en la oscuridad y fáciles de malinterpretar.

Hay algunos que actúan como luz en la oscuridad, inundados por la llama de su propia sabiduría e iluminando lo suficiente a su alrededor para atraer a otros hacia ellos y guiarlos.

Pero el secreto que tan pocos enseñan puesto que tan pocos conocen es este:

La chispa divina de la sabiduría está viva en todos nosotros, esperando pacientemente el regalo de nuestra atención para arder en llamarada.

Resulta que no necesitamos saber qué hacer – nada más necesitamos saber hacia dónde mirar.

Diviértete, aprende montones, y ¡que la luz en tu interior ilumine el mundo a tu alrededor!

Con todo mi amor,
Michael