MNCT 960 – Tres consejos para triunfar en prácticamente todo lo que te propongas.
“Siempre ten en mente que tu propia resolución de triunfar es más importante que cualquier otra.”
-Abraham Lincoln
Hay un mito acerca de un CEO a quien su equipo le preguntó cómo podrían lograr un proyecto imposible en el trabajo. Contestó: “Sean geniales.” Cuando un miembro senior del equipo preguntó qué debían hacer en caso de que “ser geniales” no fuera suficiente, el CEO contestó, “¡Sean más geniales!”
Si bien pienso que es un excelente consejo (y he compartido mis ideas al respecto en este TEDx talk “Why Aren´t We Awesomer?”), hay tres cosas que he aprendido a través de los años que sin duda ayudan a poner la balanza a nuestro favor para poder ser más exitosos en prácticamente cualquier cosa que nos propongamos…
1- No seas una víctima
La cita de mi anuario de secundaria fue una adaptación de un proverbio japonés:
“El secreto del éxito está en caer siete veces, y levantarse ocho.”
Una de las cosas maravillosas acerca del entendimiento de adentro hacia afuera -el caer en cuenta de que siempre estamos sintiendo nuestro pensamiento, no nuestras circunstancias- es que nos libera de tener que culpar al mundo exterior por nuestra experiencia de vida, incluyendo la experiencia de “caer”. Esto no quiere decir que a la gente buena no le pasan cosas malas o que nadie intentará mentirte, engañarte, robarte o difamarte. Es sólo que si lo hacen, tu experiencia del hecho será creada 100% vía tu Pensamiento y experimentada en tu Conciencia.
Esto quiere decir que tenemos la libertad de responder a los retos específicos de nuestra vida desde un lugar más profundo en nuestro interior, dejándonos guiar por nuestra inteligencia natural y sin que nuestro pensamiento frustrado y desesperado nos lleve de las narices. Como decía Syd Banks, “la vida es un deporte de contacto”, inevitablemente encontraremos baches en el camino y tendremos heridas. Pero hay una resiliencia esencial en nuestra naturaleza que nos permite recuperarnos de circunstancias difíciles y responderle a la vida con creatividad, pasión y esperanza.
Esta resiliencia innata es la que desacredita la necesidad de convertirnos en abogados de nuestra propia desesperanza y nuestro papel de víctimas. Puedo caer e incluso ser abatido siete veces pero, a menos que me pierda en mi propia historia, regresaré como nuevo, e incluso mejor, cada vez que eso suceda.
2. No seas un cretino
Una de las historias más horrendas que he escuchado de mis tiempos en PNL (Programación Neuro Lingüística) fue la de un notable entrenador que fue sorprendido engañando a su novia. Cuando su novia rompió en llanto se supone que él le dijo “¡Oh, por Dios, tan sólo haz una técnica de “Cambio de Historia Personal” y supéralo!”
El saber que en un nivel fundamental estamos siempre sintiendo nuestro pensamiento -y nada más que eso- podría dar la impresión de que quedamos liberados de nuestros actos y actitudes hacia los demás. Después de todo, ya no podemos “hacerlos” sentir mal, ni ellos nos pueden “hacer” sentir mal a nosotros. Si eligen enojarse porque sus pensamientos andan descontrolados, no es problema nuestro, ¿o sí?
Aquí es donde entra en juego la diferencia entre la teoría y la práctica – que en la teoría no hay diferencia entre la teoría y la práctica, pero en la practica, inevitablemente, sí la hay. Técnicamente, no tenemos “botones” que lo otros puedan presionar, puesto que es nuestro pensamiento no reconocido -y a veces no invitado- lo que nos dispara. Pero podría enumerar por lo menos cinco cosas que sé que muy probablemente desatarían el pensamiento de mi esposa y lo dirigirían en direcciones nada productivas, de la misma manera que ella sabe de al menos cinco cosas que me harían lo mismo a mi.
¿Eso hace que mi experiencia sea culpa suya o viceversa? No. Pero sí es indicativo de que probablemente me irá mejor en la vida si tomo en consideración los humores y pensamientos habituales de los demás. No necesito manipularlos ni dejarme manipular por ellos sólo para evitar “desatarlos”. Pero un poco de amabilidad nos lleva muy lejos en la vida, ya sea creada por el pensamiento o no.
3. Deja que las personas confíen en que harás lo que dijiste que harías
Mi padre era un hombre simple y un maravilloso modelo a seguir. Amaba su trabajo, le dedicaba mucho tiempo, cuidaba de la gente que trabajaba con él, y siempre llegaba a casa a tiempo para la cena. Inocentemente, adopté esos rasgos en mi propia vida, no por un deber moral, sino porque parecía una manera obvia de abordar la vida.
Imaginen mi sorpresa cuando salí al “mundo real” de los negocios y encontré a tanta gente actuando como si el mundo les debiera algo, rompiendo promesas hechas a sus colegas y clientes con el mismo aplomo. ¿Quién hubiera sabido que ser puntual y hacer lo acordado iba a convertirse en una ventaja competitiva?
Si alguien no puede contar con que tú harás lo que dijiste que harías, inevitablemente intentarán manipularte y controlarte para hacer que cumplas tus promesas. Usarán cualquier combinación de amenazas, sobornos y llamados a tu buena naturaleza para lograr los resultados que quieren. Y a la primera oportunidad, seguirán adelante y encontrarán alguien más con quien trabajar.
Los acuerdos son los bloques de construcción básicos para coordinar acciones en el mundo. Si puedo contar con que harás lo que dices que harás, juntos podemos construir imperios. Si no puedo, hasta juntarnos a comer será difícil.
Eso no quiere decir que tienes que ser como aquél coach que una vez me llamó por teléfono cuando llegué cinco minutos tarde a una sesión sólo para ver si había tenido un accidente automovilístico. Pero sí implica que si quieres sobresalir en tu carrera (y “ser genial” no te parece un consejo lo suficientemente específico), el saberte responsable de tu propia experiencia, el tomar en consideración las debilidades de los demás, y el dejar que las personas cuenten con que cumplas con tu trabajo, te ayudarán a triunfar en casi cualquier cosa que te propongas.
¡Diviértete, aprende montones, y que todo tu éxito sea divertido!
Con todo mi amor,
Michael